23 feb 2007

Ilhabela - Saco da Ribeira - Ilha Anchieta - SP


Hoy, 26 de enero, a las 1400 dejamos la amarra del Iate Clube Pindá, calma en el canal de San Sebastián, el “japonés” tenía laburo extra a 2000 RPM.
Izamos mayor como para ilusionarnos un poco.
Pegadito a la costa E de la Ilha de San Sebastián, hicimos un tour tipo saveiro, pero sin música, Fede asumió la navegación visual, el GPS lo encendimos solo para tener luego el camino grabado, el juego era navegar a lo “gaucho”, carta y vista, no es difícil, pero para Fede era su primera experiencia…
Cuando dejamos la Ponta das Canas al norte de la isla la regla talco nos hablaba de un verdadero 040, como apuntándole a lo lejos a la Isla Anchieta, era una buena referencia además la Punta Grossa, nos le daba un buen dato al Oeste, la tarde muy tranquila con un imperceptible E que justificaba la mayor que quizá empujó alguno de los 5 N que filábamos… lo mas importante que hacia al mar una autopista, amortiguaba las pocas ondas que de otros vientos llegaban.
En un par de horas Fede había descubierto en el fondo a la Ilha do Mar Virado, le apuntaba al este pero los largos minutos lo convencieron y derivó buscando el lado oeste de esa isla… nos arrimamos le pasamos a no mas de 100 mts. por nuestro través de babor quedaron Laje de Dentro, y la Ilha de Dentro, mientras le hacíamos un “piedra libre”, a la Ilha de Fora que estaba escondida detrás de la del Mar Virado…
En ese negocio se encontraba mientras la proa del Torroba apuntaba a la Punta Grande, que con la Punta Espía, al norte muestran los extremos de la Ensenado do Flamengo.
Por la amura de estribor vemos imponente, la Ilha Anchieta…
Entramos a la Ensenada, cerca de la costa este, pasamos la Praia do Flamengo, lugar de amarre del Don Vito en enero del 87, y primer intento de buceo que terminó con chocolate caliente por la hipotermia que produjo las horas en el agua…, hoy hay casas y varios barcos en el mismo sitio.
Cuando viramos la última punta y pusimos rumbo Oeste a Saco da Ribeira, una multitud de barcos apareció en nuestra proa, tratar de descubrir el Iate Clube de Ubatuba o la Marina Pública fue lo mas complejo, le pifiamos a todos los intentos, llovía como si nunca hubiera llovido, y recién descubríamos el error cuando alguien de los chicos o Gra bajaba y preguntaba, al tercer intento, un par de funcionarios de una Marina nos salió a recibirnos y nos adjudicó una marina, justo a dos barcos de un conocido barco, el Gipsy Wind, de Carlos y su familia, creador y líder del Crucero de la Amistad, crucero en el cual estuve anotado, y por distintas razones no pude zarpar a tiempo, la cuestión que Carlos , en su momento, no me aceptó la renuncia, creyó que el viaje lo hacia, y solo por problemas de salud, se suspendía… hoy nos alegramos de verlo… mientras llovía y cenábamos, Carlos y familia, llamaron al Torroba, me emocionó el encuentro y le recordé mi promesa…
-Te dije que veníamos y aquí estamos…-




Fede se dio el gusto, trajo el barco desde Ilhabela a Saco da Ribeira, todos fuimos felices al amarrar casi pegado al Gipsy Wind...
Temprano, a la mañana del otro día nos despedimos de Carlos y familia, zarparon a nuestro sur. Nosotros, como huyendo, luego de pagar una fortuna por un día de amarra nos fuimos a Ilha Anchieta, allí la cosa fue muy distinta…
Ilha Anchieta.
Frente a Praia de Fora, el Torroba descansa en forma autónoma, ya no necesita de marinas ni pointas, (boyas al Borneo), hoy desde tierra se lo ve feliz, libre y calmo, libre el Torroba de la Tupacamarra, en la Ilha Anchieta.

Luego de “amarinar”, el gomón, fuimos a tierra, los chicos por fin pudieron tironear los peces con sus máscaras y snorkels, decir que quedaron deslumbrados es poco, no paran de contar las diversas especies de peces que desfilaron frente a sus máscaras de buceo.











El día fue intenso, muy corta la navegación, muchas cosas nuevas, además del buceo visitamos las ruinas de la cárcel que funcionó hasta los años 50, hoy en ruinas, estremece visitarlo, uno no puede dejar de pensar en los que allí estuvieron… mucho mas sabiendo de cuantos inocentes estuvieron “alojados” allí.
Varias trilhas, (sendas) invitan a caminar, en la Praia de Fora, puerto obligado de nuestro gomón, es el destino de una de ellas que nace en la Praia do Presidio, la recorrimos con Gra deleitándonos con las plantas y las aves… la visita a las ruinas y Nahuel nos llevó nuevamente al barco… siguieron las inmersiones hasta caer la tarde, aprovecharon una cachoeira (cascadita), para un reparador baño de agua dulce y nuevamente todos a bordo…
Setecientos cincuenta gramos (secos) de fideos con tuco, cae la noche quizá de para un chinchón, pero el cansancio, es grande y los planes para mañana muchos.
Llueve en Ilha Anchieta, la noche arrimó la lluvia que desde hace horas cae sobre Ubatuba, puerto que tanto mojó a nuestro barco amigo, el Tangaroa II, con las Marías a bordo y Jorge padeciendo… y comprando paraguas…
Hoy se repite lo mismo que anoche en Saco da Ribeira, llueve pesado, vertical, caliente y muy “mojado”, son esas lluvias que en por Buenos Aires no conocemos… llueven mas agua, en menos tiempo , por mucho tiempo, con calor, sin viento, ni refrescadas posteriores, llueve muy densamente, con descargas eléctricas sobre los cerros costeros… es muy atractivo…



De dia la cosa se predispone a la caminata, larga y acalorada por las trilhas (sendas), nuestro gusto por las aves y las plantan se ven desbordados por la abundancia y variedad, caminamos con Gra largo rato, luego llevé a los chicos, sacandolos de su actividad de "chusmas" subacuaticos, a ver unos pequeños monos que no se preocupaban por nuestra presencia, es mas creo que, como nosotros, la disfrutaban...







Desde arriba y en un claro de la trilha , pude ver a mis hijos, disfrutando, sentí que todo esto era lo que queria de este viaje... verlos felices disfrutando... conociendo... descubriendo un mundo, no habitual..


Tan poco habitual, como las "duchas al paso", que felizmente se suelen encontrar con frecuencia, a veces simples vertientes orientadas con caños puesto por alguna persona, otras verdaderas duchas preparadas para el uso del turista como es el caso de esta foto dende fuí sorprendido en el refrescante momento...












Lamentandonos, como siempre tuvimos que dejar , en nuestra popa... la Ilha Anchieta, que nos hizo reflexionar sobre la libertad... la naturaleza... la belleza de una flor...


















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